Existen demasiados nervios a la hora de pensar en que una primera cita funcione bien. Solamente la presión ya es suficiente para tirar abajo tu confianza y dejarte fuera del juego. Sin embargo, la gente no se da cuenta de que una primera cita no debería causar ansiedad. Es más, pueden resultar muy divertidas si sigues estos 5 consejos.
- Realmente es una cita
La parte más difícil de una primera cita en realidad es iniciarla. Cualquiera puede preguntarle a otra persona para salir alguna vez; ese juego de niños probablemente sea la forma más rápida de terminar en la “Friend zone”. Hay algo que debe decirse cuando te acerca a alguien y le preguntas si quisiera salir contigo en una cita. Con solamente proponerlo como “una cita”, le dejarás saber a esa persona que es más que una mera salida y que tu interés es real. Además, cuando solamente estás disfrutando un rato con alguien, no hay muchas chances de concretar lo que deseas si las cosas van bien. Ah, y como es una cita, querrás hacer planes que no incluyan Netflix y estar relajados.
- No deposites demasiadas expectativas
Cuando aceptamos la invitación de salir en una cita con alguien nuevo, a veces tenemos esa extraña habilidad de soñar en grande y pensar que esta vez puede tratarse de la persona que tanto esperabas – o al menos van a terminar teniendo relaciones. No tienes que ir a la cita pensando en grandes cosas porque podrías terminar decepcionándote. En cambio, encara a la cita como si fuera una entrevista relajada. Solamente estás empezando a conocer a la otra persona, así que mantén los pensamientos sobre tu boda bien sujetados.
- Haz planes y apégate a ellos.
Si tu propones la cita, entonces depende de ti el proponer qué hacer. No debes empezar la cita preguntándole a la otra persona qué es lo que le gustaría hacer. Eso podría derivar en un juego de “No sé, ¿qué te gustaría hacer a ti?” y ese nunca es un buen juego en el que meterse. Además, si tienes un plan, debes aferrarte a él. No puedes planear un picnic y luego decidir que no quieres llevar comida.
- Paga tú
Olvídate del “Él paga” como regla máxima: si propusiste la cita, tú pagas. Si quieres pasar tiempo con alguien, quieren que se conozcan, haces los planes de la cita, entonces tú tienes que pagarla, tan simple como eso -independientemente de que seas hombre o mujer. No puedes invitar a alguien a salir en una cita contigo y luego esperar que ellos pague, ¡porque eso es lo que hacen con sus amigos! Ahora bien, no estamos insinuando que tienes que planear una cita lujosa y gastarte cientos de dólares en ella (¡es una locura en una primera cita!), pero ten $100 a mano por si las dudas.
- Arréglate apropiadamente
¡Esto no se puede enfatizar lo suficiente! El nombre del juego es impresionar a la otra persona con la que vas a tener una cita y eso incluye como vas a arreglarte. No querrás pasar a buscar a tu cita luego de haber realizado una exigente rutina de ejercicios y oler como un sándwich italiano. Asegúrate de haber hecho las tres cosas fundamentales: ir al baño, bañarte y rasurarte. Ponte ropa linda y limpia y ¡recuerda no sobrepasarte con el perfume! Tu cita realmente va a apreciarlo.