Gracias a Google tenemos la posibilidad de aprender la respuesta a cualquier pregunta que tengamos, sin importar que tan abstracta o descabellada sea. Debido a ello, también tenemos la chance de encontrar información de cualquier persona que conozcamos, incluso de esa preciosura que nos invitó a una cita este fin de semana.
El problema que muchas personas tienen con esta herramienta es que se preguntan si deberían sacar ventaja de ella o no. Lidian con la idea que podrían aprender más de la cuenta sobre su cita potencial y podrían terminar arruinándolo todo. Es entendible que quieras saber sobre la otra persona todo lo que puedas, pero debes recordar que no importa que cosas jugosas hayas averiguado, debes evitar juzgar muy duramente a la otra persona hasta que realmente te la encuentres cara a cara. Al menos que esa persona sea un criminal, nunca sabes como realmente puede llegar a ser.
Mucha gente prefiere tomar el camino de las redes sociales en vez de googlear. ¿Para qué utilizar el popular buscador general para ver los logros que tuvieron en el colegio o el pez más grande que hayan atrapado en ese viaje de pesca? No, la gente quiere ver el costado real de su posible pretendiente. Entonces se sienten inclinados a buscarlos en Facebook, y si el perfil no está configurado en privado, comienzan a stalkearlos. Buscan en las fotos, posteos antiguos, comentarios que recibieron y ese tipo de cosas. Pero una cosa que nunca hace ¡es pedirles amistad! Agregar a alguien a Facebook antes de tener la cita es la manera más rápida de saber que las cosas no irán muy lejos.
Ahora bien, no me malinterpretes, puedes obtener algunas buenas ideas sobre temas a conversar cuando buscas en Google o Facebook a tu próxima cita. Puedes aprender sobre sus intereses, sus hobbies y otras cosas interesantes, pero hay una delgada línea entre aprender datos para propósitos de futura conversación y aprender demasiada información. Nadie quiere enterarse de que su cita se convierte en alcohólica los fines de semana o siente pasión por los comics.
Uno de los mayores problemas que enfrentan las personas que averiguan sobre sus futuras citas en las redes sociales es que se sienten propensos a compararse a sí mismos con otros contactos de esa persona. Por ejemplo, si estás revisando entre sus fotos y ves que alguien dejó un comentario, entonces comienzas a investigar a ese usuario intentando averiguar sobre su amistad, si han tenido alguna historia sexual entre ellos y ese tipo de cosas. Quizás la tecnología únicamente incremente la paranoía en algunas personas.
Otro problema con buscar información sobre tus citas es que podrías cambiar la química entre ustedes dos. ¿Cómo? Piénsalo: haz encontrado a alguien que realmente te gusta y entonces buscas información sobre ella. Entonces empiezas a adoptar sus hobbies, sus opiniones políticas y otros aspectos de la vida en un esfuerzo para ser más compatible con esa persona. Si bien parece ser un caso extremo, muchas personas han pasado ese límite solo para poder conectar con esa otra persona.
Google y las redes sociales son excelentes maneras de aprender sobre la gente, pero también pueden poner un freno a todo. Quizás sea mejor dejar que las cosas sucedan naturalmente y aprender de tu cita mientras las cosas van sucediendo.